Zenit: la exitosa híbrida húngara que muestra grandes virtudes
Por Dr. József Kosárka, desde Budapest
En Hungría (superficie de viñedos: 59,4 mil hectáreas, producción de vino en 2019: 2,9 millones de hectolitros) la creación de nuevas variedades tiene una larga trayectoria histórica y de mucha importancia para la producción de vinos auténticos con rasgos distintivos que pueden deleitar al paladar de los aficionados en busca de ahondar en experiencias antes no exploradas.
Además, este país centroeuropeo, que se enorgullece de una cultura milenaria en el cultivo de la vid y la elaboración del vino, es uno de aquellos pocos donde se encuentra la mayor diversidad de uvas nativas. Estas representan más de la mitad de la plantación total destinada a viñedo y en el listado nacional de variedades autorizadas para vinificación su proporción es alrededor de las dos terceras partes. En cuanto a las tendencias recientes, el área dedicada al cultivo de algunas (Bianca, Cserszegi Füszeres, Irsai Olivér) muestra un aumento lineal y los vinos hechos de estas uvas vienen cobrando una creciente popularidad entre los consumidores locales.
Como es bien conocido, la intervención del hombre en el mejoramiento de los cultivos no es ninguna novedad debido a que en el transcurso del tiempo la selección y la modificación de éstos eran una práctica común en función de sus necesidades. Hace ya varios decenios que se ha empezado realizar una serie de esfuerzos para mejorar la vid también mediante cruzamientos con el fin de obtener nuevos individuos portadores de las mejores características de las uvas donantes. Las respectivas investigaciones han rendido muchas nuevas variedades que combinan propiedades positivas en una sola, como buena resistencia a patógenos, azúcares y proteínas elevados, gran riqueza organoléptica, facilidad de manejo, ciclo de maduración corto, alto potencial de rendimiento.
La obtención de algunas blancas que demuestran varias de estas cualidades, con énfasis especial en la temprana maduración y el alto contenido en azúcares, ha sido en el enfoque de las actividades del ingeniero agrónomo Ferenc Király (1911-1982) quien ha desarrollado labores en centros experimentales de la vid ubicados en cuatro regiones vinícolas del país. Resultaron con tan buen éxito sus esfuerzos para lograrla que un quinteto de éstas (Zefir, Zengo, Zenit, Zeta, Zeus) ha cumplido con los requisitos de calidad y producción exigidos por el ordenamiento jurídico y, en consecuencia, han sido inscritas en el catálogo húngaro de uvas de vinificación.
Entre los cinco cruces el que más se destaca es la Zenit que mejor acogida y mayor difusión ha logrado en el transcurso de casi tres cuartos de siglo, desde su creación en el Instituto de Investigación Vitivinícola de Pécs en 1951 que ha sido seguido de ensayos con las plantas prometedoras en parcelas de control hasta 1976 cuando se ha incluido en el respectivo registro oficialmente. Posteriormente ha alcanzado una considerable expansión de sus plantaciones al lograr las 500 hectáreas en el año 2000 y sobrepasar las 710 hectáreas en la actualidad.
Esta variedad, que en un tiempo relativamente corto ha logrado tan bien establecerse en la viticultura húngara, ha sido producida a partir de la nativa Ezerjó y la austriaca Bouvier cuyas propiedades han sido muy exitosamente potenciadas en una sola.
Su planta de vid es vigorosa, aprecia los suelos volcánicos ricos en micronutrientes, brota y madura temprano, tolera medianamente la sequía y menos las heladas, no es muy sensible a la podredumbre, rinde una cosecha constante y abundante de uvas. Presenta sarmientos medianos a gruesos, las hojas adultas son de tamaño grande con cinco lóbulos de bordes dentados, los racimos son de forma cónica y compacidad media, tiene bayas redondeadas pequeñas de color amarillo claro con destellos dorados y piel grueso.
En cuanto a las características del vino obtenido a partir de uvas recogidas en perfecto estado de maduración (por lo general a finales de agosto), posee color amarillo pálido con reflejos verdosos, en nariz tiene intensidad de aromas de frutas blancas con matices florales, en boca se muestra el predominio de evidentes notas cítricas acompañadas de ligera mineralidad y un final persistente. Al dejar que las uvas cuelguen de las ramas por más tiempo, los de vendimia tardía serán, como suele ocurrir, más espesos y cremosos, y la dulzura se equilibra con una adecuada acidez.
Se podría afirmar, sin mucho temor de caer en exageración, que el Nyékládháza de la añada de 2016 de la Gallay Kézmüves Pince es aquella que ha logrado sacar el mayor provecho de la variedad y es precisamente por eso que forma parte de las selecciones de vinos de los mejores restaurantes de la capital húngara que disponen de carta de vinos completísima y la cuidan con esmero para ganarse el corazón de los clientes.
Esta bodega familiar que se sitúa en la parte nororiental del país (Región de Bükk) ha sido fundada en 2012 por Roland Borbély, un enólogo de formación académica quien ha desarrollado su carrera anteriormente en distintas bodegas de renombre locales y también en una californiana. Su proyecto nació con el espíritu de crear vinos ricos de la más alta calidad en una región menospreciada y plantear el futuro con la ambición de poder ofrecer nuevas propuestas para disfrutar de cultivares provenidos de cruzamientos. Las 11 hectáreas que posee hoy en día han sido plantadas en suelo arcilloso pesado sobre roca calcárea y son distribuidas en tres fincas cercanas al pueblo cuyo nombre es portado por este vino. Trabaja con 3 blancas y 2 tintas, siendo rotundamente dominante la variedad Zenit que representa un 45% del total de la superficie (las otras: Pinot Blanc, Cserszegi Füszeres; Zweigelt, Kékfrankos). Ha optado por mantener una producción reducida de alrededor de 10 mil botellas al año para los segmentos de precio Super Premium y Popular Premium y les coloque diferentes nombres (Gallay, Bistronauta) para la comercialización.
La materia prima para este vino ejemplar (100% Zenit) ha provenido de una parcela situada a 200 metros de altitud y ha sido plantada en 1986 (densidad: 3.300) para ser cultivada con la mínima intervención sobre las uvas de las cuales se saca un promedio anual de menos de 5.000 kilos por hectárea. Estas han sido cosechadas a mano de modo más selectivo en los últimos días de agosto, el mosto se ha fermentado con levaduras salvajes en contacto con las pieles, el vino ha permanecido sobre lías finas en barricas de roble (húngaro, americano, francés) durante 11 meses.
Esto es vestido de un color amarillo intenso con reflejos dorados, en nariz se nota aromas de flores blancas (acacia, jazmin) con notas cítricas, en boca dominan las frutas con hueso maduras (melocotón, nectarina, mango) y aparece también un delicado toque de herbáceo, en un fondo de madera bien integrada. Entrega complejidad, revela un buen volumen, el paso es untuoso, tiene estructura sólida, la acidez firme le proporciona frescor, y culmina con un complejo final prolongado. (Alcohol: 13%, acidez: 6,5 g/l, azúcar residual: 1,8 g/l.) En cuanto a maridaje, combina bastante bien con pasta y pollo ligeramente condimentados así como con frituras de pescado y verduras asadas.
En el país de los magyares el enoturismo ha experimentado un notable crecimiento, sin embargo, no son muchas las regiones en las que se concentran los flujos de los visitantes interesados en tomar un contacto directo con las bodegas, disfrutar de la oferta gastronómica y del entorno rural asi como en aprovechar la estancia también para conocer el patrimonio histórico y cultural propios de cada ámbito territorial. En el caso de la visita a esta bodega, la cercana ciudad de Miskolc y sus alrededores ofrecen atracciones que facilitan el acercamiento tanto a la naturaleza como a las joyas de monumentos nacionales, como por ejemplo la Cascada Fátyol en el Valle Szalajka o la Gruta de Estalactitas y Estalacmitas en Lillafured (Bükki Nemzeti Park) y el Castillo de Diósgyor o la Cueva de Agua Termal de Miskolctapolca.
Fotos: cortesía de la bodega; visiteger.hu, szallas.hu, magyarepitok.hu, termalfurdo.hu
andes@andeswines.com
22.05.2020 drkj ©